Decías que no y hasta la trompita parabas



Es fuerte la sexualidad y creo que en mi caso, con los años, ha ido en aumento; además es, por mucho, más disfrutable; actualmente gozo de ella sin inhibiciones ni tabúes; he descubierto que no hay nada que no terminé disfrutando, por extraña que suene la idea. Dildos, tríos, vouyerismo, exhibicionismo, sexo duro, orgías.

Hace seis años, cuándo recién me divorcié (si bien siempre he sido de un carácter medio rebelde), en el aspecto de la sexualidad era hípermocha, mochísima; cuando mi novio, a los 18, me pidió ir a casa de un amigo a sobarnos, yo con ojos de plato le contesté: “¿Y con qué cara iría a misa mañana?”
Ja ja ja, sí, hoy lo recuerdo y me muero de risa; vaya que cuando se es joven uno cree conocer al mundo, y la realidad es que estás apenas abriendo el capullo.
Después de algunos noviecitos de mano sudada (sí, aunque no lo crean, novios de mano sudada, porque entre mi mochería y que en mis tiempos se les llamaba carretas a las chicas que daban jale), estaba cabrón explorar. Así que las más audaces llegaban vírgenes a regañadientes del novio o daban el ano para guardar su virginidad.
En fin, me casé y me divorcié; me fui a vivir con Mely, ella también acababa de divorciarse; al principio recuerdo que con cara de espanto le cuestionaba sus idas al antro hasta las seis de la mañana; un día que andaba medio depre Mely y Maquela me invitaron a su centro de diversiones favorito.
Quedé maravillada, en primer lugar porque podías bailar sola; en segundo, porque podías bailar sola y, tercero, porque podías bailar sola.
Y ahí en ese momento realmente empecé a conocer todo lo que debí haber hecho mas joven. Parte de nuestro ritual era ir y ver quién de las tres bateábamos más rápido al pobre que se atrevía a acercarse.
Obvio, lo adivinan bien, se dieron encuentros sexuales de una noche y sí, he de reconocer la muy pendeja me la creía que iba en serio y que iniciaría algo; después de dos que tres frentazos aprendí el significado real de las palabras en estos menesteres.
Si te dicen quiero conocerte mas, es sinónimo de quiero meterte pito; si te dicen: te extraño, quiero verte, es igual a he tenido mal sexo últimamente y contigo sé qué encuentro.
¿Crudo?, sí. ¿Doloroso?, no. En definitiva, nadie se atreve a decir las cosas tal cuál son y todos aprendemos esos dobles sentidos que tienen las palabras.
Con el tiempo encontré que el sexo es sexo y el amor –para mi muy personal punto de vista—tiene otras formas de expresarse. Así que dejé de vivir angustiada.
Por aquellos años, Mely y yo vivíamos unas crudas morales tremendas, nos sentíamos fatales cuando contábamos parejas sexuales, como si cuidáramos una virginidad post divorcio, tanto que si sólo nos cogíamos con alguien una vez, ése no se sumaba. Ja ja ja, qué absurdas ambas.
Hoy este punto sólo me provoca una sonrisa, disfruto del sexo tal cual es; y sí, para mí es muy lúdico. Creo que en este aspecto como en otros de la vida hay un mar de personas que, como yo, sólo deseamos que nos dejen vivir.


...escribe para los que habitamos en el sótano oscuro de ese edificio abandonado que es este tiempo. Para nosotros, que no tenemos un pedo de ganas de que nos lo cuente Joyce, con sus 2,600000 detalles, para nosotros, que se nos ha roto la silla en la que estábamos sentados frente a las puertas de la eternidad, esperando jugarnos el tiempo y lo perdimos; ya no nos queda tiempo para apostar en entretenimientos literarios, no queremos que nos distraigan mientras miramos y estudiamos este siglo de aburrimiento que han empezado a proyectar en las pantallas de todo el mundo, no nos distraigan con chorradas y pájerías literarias. Leemos a Bukowski que nos lo cuenta en el tiempo en que tardas en echarte un mal polvo y volvemos a mirar sobre la ligustrina podada del mundo, mirándolo todo, sintiendo nada. Sentado sobre una insegura incomodidad que es este lugar, este sitio que probablemente ya no exista más en el diseño del plan. Pero no es tan jodido. Nada duele demasiado, ni te acongoja casi todo lo que ves y casi todo lo que pasa te importa tres pitos…
Bukowski

Comentarios

Yo Soy Culero ha dicho que…
oye que bien esta tu blog

me latió el post "AUNQUE LA MONA SE VISTA DE PRADA, AMARGADA SE QUEDA"

jajajaja

dímelo a mi con 2 hijas adolescentes y una tercera que va que vuela para allá... suerte que ya me divorcie de su mamá por que si no en estas fechas, es la muerte ir de compras jajajaja

Saludos