Mi misma ha hablado



Hoy escribe mi misma, anda desatada y por más que he tratado de meterla en su jaulita, la muy atrevida se ríe en mi cara y dice: No más.
Desde niños se nos educa y se nos enseñan las formas “correctas” para hacerlo todo. Uno no debe picarse la nariz en público, uno no puede decir: esta feo ese trabajo, porque vas a hacer sentir mal a la otra persona. Para no hacer el cuento grande se nos enseña a ir hipócritamente por la vida.
El otro día recordaba mis días como R.H. en un hospital del Estado de México. En todas las solicitudes en el apartada de pasatiempos (nunca falla) en todas decía: leer, caminar, superarme. Porque nadie pone la neta. Ya sé, porque nos verían con cara de “este está bien loco”.
Pero, porque no empezar a asumir que la forma “ideal de vivir y ser” es más que lejana e imposible. Que todos tenemos mounstritos dentro y que si somos honestos, son los que nos hacen click, y nos llevan a empatizar con los demás.
En pasatiempos lo real sería leer: Espiar a mi vecina, chatear por Internet, salir de ligue los sábados, pornografía, ir de copas, etc. Creo que dejaríamos de sufrir y atormentarnos tanto.
Empezaríamos por sentirnos personas con capacidad de ser aceptadas y amadas. Porque ¿díganme si no? Todas las relaciones empiezan con la princesa perfecta y el príncipe azul. Al pasar el tiempo, y ya entraditos en confianza, tanto el príncipe y la princesa pasan a ser : godzillas celosas, mentirosos patológicos, adictos cibernéticos, tímidos, demasiado sociales, etc. Y van naciendo las tremendas grietas que terminan por volver lo que iba a ser un cuento de hadas en la cruda realidad.
Si al conocer a un hombre, el me dijera que es voyeurista apasionado, que le gustan las mujeres bien abiertas, que no le va el modelo casero, que tiene básicamente amigas porque es lo suyo, que es medio neuras, que le encanta el apapacho. Le daría el corazón completo. Porque hay transparencia de con quien se va a convivir.
Por lo pronto…
Soy una mujer: insegura, celosa, inquieta, curiosa, reflexiva, odio los limites, cariñosa, explosiva, dispersa, sexualmente muy abierta, exhibicionista, me gustan los juegos mentales, un tanto mas cuanto manipuladora, demasiado crédula y confiada. Con crisis existenciales cada cuanto, obsesiva del peso y la limpieza, medio narcisista. Y exploradora de ideas. Mi mayor afición es preguntarle a una pareja como se conocieron. Prefiero estar en casa, no muy amiguera, un tanto oscura, dramática, buena escucha, neuróticona, edonista. Contradictoria. Y bueno. Con demasiado sarcasmo que puede ser un arma de dos filos, depende de que lado este uno.
Si, soy así ¿y que? Así soy yo y todos en mi casa.
P.D. Si alguien tiene algo mas que incluir en mi listado de como soy. Adelante agradeceré el anexo.

Comentarios

guillom ha dicho que…
bello, magnífico, sensacional, genial eres súper, mi ídola jejejejejeje.
Dicho en serio la sociedad victoriana se basa en al construcción de imágenes social y políticamente correctas, de ahí la simulación (aparencytar lo que no se es) y el disimulo (esconder lo que en verdad se es); ese juego de imágenes es el principio de las relaciones confusas y los fracasos de pareja...

añado a tu descripción que eres neuronalmente acabada...
Diana Elias ha dicho que…
Creo que la intención de no decir la "cruda" verdad era originalmente convivir en armonía y no herir susceptibilidades. Tengo un conocido cercano que no dice, escupe! lo primero que acude a su mente y ondea la badera de "soy honesto, yo no miento" pero la verdad es que también es ensimismado y muy hiriente, lo que no le permite una buena convivencia con el resto de las personas.
A quién no le ha sucedido que pone ya no sólo su mejor esfuerzo, sino incluso su alma entera en un proyecto, un trabajo, y acaben diciéndole "pero esto está mal, no? pero aqui te equivocaste, y grueso!..." etc, etc.?? Todas esas son opiniones sinceras de quien las profiere, pero dónde queda la empatía por el otro? dónde queda la sutileza que no te quita nada a ti pero por el contrario, da mucho a quien la recibe?
Personalmente busco ser siempre sincera, pero no hiriente... y creo que aunque uno llegara diciendo "soy esto, esto y también lo otro" nunca sería suficiente para saber si te animas a conocer a alguien... puede que esas características que dice tener la persona se agudicen al convivir con manías propias, o puede que no pase nada, y esa característica que dirías "yo no la soportaría!" se convierta en lo que te hacía falta para crecer en otros aspectos que ni siquiera contemplabas.
Finalmente, dejar "en secreto" afinidades y preferencias es hasta cierto punto sabio; una nunca sabe si cambiará de parecer en el transcurso del tiempo y así, se cumplirá tranquilamente (y a tu favor!!) eso de "en boca cerrada no entran moscas".
Agradezco tu honestidad y apertura para compartirnos tus pensamientos y sentimientos; me encanta leerte!...
Ah! lo olvidadba, de paso te copio el video que pusiste aquí, es UNA JOYA!!!
Saludos!! :-D