Como muera yo en la raya, aunque me maten la víspera

POR Karini Apodaca

Ayer no salió publicada en Milenio en Llínea la columna Vidas ejemplares, ¿se dieron cuenta? Yo sí.

Sí, porque parte de mi trabajo en Opera Mundi es la difusión en redes sociales, si soy yo quién ha dedicado horas y horas para poder llevar a ustedes la propuesta cultural que tratamos de difundir. Pero dejando a un lado los baños de gloria de mi parte, es ésta columna de JL parte de los ingresos por los cuales comemos, así que entenderán el motivo de mi preocupación al no verla en línea.

Como cada sábado, JL había ido a visitar a sus hijos, y pensando en que si le llamaba para contarle la mala nueva, solo le pondría un nubarrón sobre su cabeza y no gozaría de su progenie, esperé hasta su regreso.

Apenas llegar a casa JL corrió emocionado a pararse frente al televisor, no sé qué equipo jugaba, pero es parte del tormento de muchas, esto del mundial. Yo preocupada le conté la situación de su columna. Mi futbolero JL, solo articuló ajas por respuesta. Perpleja pregunté cómo podía darle más importancia a un juego, el cual dicho sea de paso no tendrá absolutamente ninguna repercusión en su vida, que al hecho de que no se había publicado su columna… en línea, porque después de mi amargada intervención, JL apagó la tele llamó y así nos enteramos que la omisión era un error que nadie más había observado.

Por la noche fuimos a ver la película sex & the city, nunca vi la serie y la primera película no se me hizo subdominguera, solo por el detalle del vestuario. ¡Dónde viene una a encontrar mensajes! En la película la protagonista atraviesa una crisis matrimonial, porque todo el glamour de su noviazgo se pulverizó para tener en menos de dos años un hombre que no quiere salir de casa y la mejor opción de entretenimiento es… La televisión.

Creo que muchas padecemos de ésta pérdida de glamour en una relación estable, no termino de entender porque estabilidad es igual a sedentario. Al igual que Carrie vivo con un hombre que cree que descansar es estar en casa. Y no creo que esté mal ni él ni yo, simplemente que es obvio que hombres y mujeres tenemos conceptos muy diferentes en todo. Total hoy en la mañana me dejó claro JL sus porqués sobre la importancia del mundial, ciertamente no soy amante de ser observadora del futbol ni de ningún deporte, y ya más de fondo creo que no se me da tal papel en nada. Pero el punto no es si a JL le gusta el fut y a mí no, lo que me trae girando la cabeza es que en ningún momento prohibí ver el partido ni mucho menos pedí que se apagará la televisión, solo cuestioné la importancia de dos incidentes que sucedían el mismo día, a la misma hora pero no en el mismo canal.

¿Porqué el interpretó que no podía ver el juego?, ¿cuántas cosas tan simples suceden en una pareja y se entienden de forma tan diferente?

No me fue tan mal con la exposición de su deseo de ver el mundial, yo también pude expresar que en sus días de descanso quiero estar a la par que él y no saber nada de lo que es lavar trastes, ni cocinar, ni nada que tenga que ver con los menesteres del hogar que es mi trabajo de tiempo completo.

A esto es lo que yo llamo una buena negociación. Felicidades a mimisma.

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