Y a Don Quele, que le duele*

POR Karini Apodaca
*Dicho mexicano, que se refiere a alguien que no tiene por qué discutir.

Quien piense que la convivencia conmigo puede ser una experiencia placentera está en un error.

Soy una persona que al despertar tiene un genio de la patada, si no me creen, pregúntenle a JL, que es quien se fleta a Karini y sus bestias de paseo todas las mañanas.

Cual Sísifo vivo en un constante retorno, de felicidad a infelicidad, lo que me aqueja son cosas simples, pero que para mí son motivos suficientes para despertar cual fiera enjaulada. No podría explicar exactamente qué es lo que me pasa. Sé que al abrir los ojos una avalancha de ideas y pensamientos me caen encima, y es que es mi manía de hilar ideas lo que vuelve mi vida todo un tormento.

En un abrir de ojos conecto un comentario hecho hace dos días con una acción apenas sucedida horas antes, así que antes de que en el reloj hayan transcurrido quince minutos yo ya desenvainé la espada y cual Quijote estoy dispuesta a pelear contra mis molinos de viento.

Reconozco que lo peor que puede sucederle a cualquiera, en el ínter de despertar y ducharme, es hablarme; seguramente contestaré de forma hosca y todas mis fieras se lanzarán contra el pobre incauto que se haya tomado la molestia de darme un buen día. Lo bueno es que soy muy democrática y agarro parejo, en esto no hago distinciones.

Ya bajo la ducha, mí misma o yo… no termino de saber a cuál de las dos atribuirle tal don, hará un trabajo titánico para calmar todas esas ideas, racionalizarlas, y si no destruirlas, por lo menos enterrarlas y dejarlas bien guardadas con siete candados para que en el resto del día no me inquieten. ¿Cuántas veces puede una persona sobrevivir a estos embates matutinos? Por experiencia sé que no muchas, y me duele darme cuenta que hay momentos en mi vida que he sido yo quien ha molestado tanto las cosas hasta llevarlas al punto de quiebra. Sí, a ese momento dónde entonces Lila Downs reza “la reata revienta por lo más delgado”, dejándome con un mal sabor de boca todo el día y chapaleando en el dolor de joder las cosas one more time.

Definitivo: nadie sabrá nunca de Miss Alegría Matutina a mi lado.

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