Cuarentona y feliz

POR Karini Apodaca


Soy bastante ideática con muchas cosas, y para esto de los cumpleaños no podría ser distinta. Tengo la obsesión de que lo que sucede en éste día marca el resto del año…

Este onomástico mío con el número 40, ha estado lleno de momentos increíbles y sorpresivos. Dos semanas antes, recibí la propuesta laboral de estar en un congreso en Roma, y un día después he podido asistir a la presentación del primer libro dónde hay un texto mío.

Para mí, han sido enormes los regalos que he recibido por volverme una orgullosa cuarentona.

A ésta edad, admito que mis intenciones y perspectivas son brutalmente diferentes a las que tuve hace 10 años. Ahora ya no me inquieta la idea rosa de una familia feliz que sale de paseo al campo en un auto último modelo con dos niños pulcrisimos y un perro con pedigree. Dejó de asustarme ser quién soy.

Aceptar que uno no puede arreglar la vida de otro y que lo mejor que puedes hacer es solo escucharle y comprenderle. Respetar que cada una de las personas que son cercanas a mi tienen derecho a ser como son y gozar de lo que las hace felices, callar mi juicio sobre si es simple o no su anhelo.

Ser consciente de que la vida se vive con compañía a veces y otras en absoluta soledad. Y que es ésta soledad la que te permite gozar de quien en ese momento sea tu vecino de camino.

Ser mujer en la dicha de entregarte totalmente al momento que vives sin esperar nada a cambio más que ese mismo instante.

Lo mejor en mi opinión fue valorar que los tragos amargos hicieron de mi una mujer amorosa y con convicciones propias, que soy capaz de reconocer que no soy tan fuerte pero soy obstinada. Que acepto ser cínica, sarcástica, distraída, narcisista, intensa, impulsiva, obsesiva, perfeccionista, perversa, sexual, analítica, arrogante, y lo mejor he dejado de flagelarme por serlo.

Hoy con tremenda sonrisa puedo decir: Si, soy así, pero tengo derecho a serlo. El miedo a ser juzgada por la mujer que soy y piensa termino. Ya no me inquietan los adjetivos que puedan usar para mi persona, acepto las observaciones constructivas y trataré de entenderlas y hacer algo al respecto.

Pero, desde hoy, no volveré a derramar una lágrima por pensar como pienso, por sentir como siento y menos por aceptar que me gusta ser observada por mi vecino cada noche mientras a medio vestir trabajo.

Desde hoy mimisma y yo solamente seremos Karini Apodaca.

Comentarios

Stilgar ha dicho que…
Es un placer leerte, y un enorme gusto reconocerte...

Por favor nunca dejes de subir lo que escribes; me iluminas la vida, pues las flores, y las frutas, y las tardes, y mis sueños, tienen colores mas intensos desde que te conozco. Desde la primera vez que te leí; me emocionaste. Desde la primera vez que te mire; me deslumbraste. Desde la primera vez que te oí; no dejo de escuchar tu voz cuando te leo. Desde la primera vez que te pensé...

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Un Fredo, jajaja.