POR: Karini Apodaca
Hace siete años me separe, al principio fue doloroso, molesto, es difícil ser coherente y civilizado ante un momento así.
Con el tiempo, afortunadamente, ambos encontramos la certeza de que fue la mejor decisión para todos.
Objetivamente hablando. Sí hace siete años estoy separada, adquirir el título de divorciada, no debería ser un problema, pero me causa cierta angustia.
Durante estos últimos siete años recibí cuatro propuestas matrimoniales, viví con cuatro personas y cada una de ellas en su momento expresó el anhelo de formalizar nuestra unión.
Deshonestamente, en lugar de hablar y explicar mis porqués para no volver al estado de casada, me veía envuelta dando la excusa mi situación legal.
Tener ese documento que me volvía mujer prohibida legalmente... y reflexionando más, adultera también, legalmente. Pero, me daba cierta tranquilidad, como si el acta de matrimonio fuera mi hada protectora, siempre fue más fácil decir: Deja presionó para tramitar el divorcio, en lugar de: No, no me interesa ingresar a esas filas por ahora.
Creo que cuando un vínculo ingresa a la ventanilla de trámites legales se termina la pasión y el gusto, y que irremediablemente terminaré nadando en el lodo del hastío sin poderme marchar porque hay un documento, que lo volvería todo más difícil de lo que ya es decir: Se acabó, ya no quiero seguir a tu lado.
Me he vuelto miedosa de cabo a rabo, años atrás una ruptura, felizmente, la vivía como la oportunidad de buscar mi espacio y emocionada embarcarme en adaptarlo 100% a mi gusto, últimamente pienso más en sumas y restas de mi cuenta bancaria...
¿Será que con los años la conciencia de lo que cuesta ganar el dinero termina volviéndose un lastre?
No quiero volver a pasar por la experiencia de botarlo todo y dejar en el camino lamparas, libros, muebles entre otras tantas cosas. Mi mayor miedo es terminar indigente, es por ésta razón que he tratado de controlar un poco más mis impulsos y con calma y cabeza fría trazar un plan.
Desde hoy soy legalmente divorciada... En plata pura, no es la primera vez, cada ruptura es dolorosa, la diferencia es que por primera vez en mi vida, hay una ruptura que no duele y para la cuál me di el chingado gusto de compararme una plumita especial para firmar en las dos audiencias.
Comentarios
Ale já vám řeknu,milé ženy, není nic děsivějšího na lidském životě, když při konci tohoto pozemského života, vy zjistíte, že jste nebyl nikým milován. Desivá skutečnost.
Proto, hedejme, hledejme, hledejme,já ženu, vy muže.
Pro Karini--- Antonín Pecha-Vaculik