Historias de a cuarenta. La sentencia

POR Karini Apodaca ¿quién mas?

Después de horas de alaridos; si, alaridos. Cuando estoy enojada mi voz se torna aguda y de alto volumen.

Doy alaridos toda la noche pidiendo una respuesta congruente, algo que calme esta cabeza que no me deja dormir, algo que por lo menos me deje tranquila.

¿Porqué con las demás si había noches de drinks, baile y viajes? ¿Porqué? insisto una y otra vez. Lo sé. A cierta distancia me miro en la escena y solo veo una escuincla dando pataletas en el piso mientras grita ¿porque a todos les toca y a mi no?

A tres años de vivir sintiendo que llegué tarde a la fiesta, a varias relaciones donde me toca escuchar una y otra vez de viajes, reuniones, cojidas que no fueron conmigo, a muchos, muchos años de caer en la cuenta de que con todos llegué tarde a la fiesta, su mejor momento fue con x cantidad de viejas... menos yo.

Cuando apenas te conocí, te conté de como me ha lastimado siempre que quién dice amarte te regale cosas que de sobra has expresado que no te agradan, hace dos semanas me regalaste una rosa... ¡Una rosa! Sabes que no me gustan las rosas, ayer en la madrugada pregunto ¿porqué para ella un nardo y a mi una rosa? Tú sabes que los nardos son mis favoritos. Nada, no hay respuesta lógica alguna, uno más de tus ademanes que terminan por sacar a la bestia que soy.

A mi me gustan las rosas, dijiste. La próxima vez que obsequie algo será a mi gusto, reflexiono, me importará un pepino que no se le vea bien un bikini a un hombre.

Furiosa trato de destruir el nardo que solitario adorna la mesa. No, pienso. El nardo no, es tan bello. ¿Qué culpa tiene él? le justifico.

Horas de furia, de estar como perro enjaulado dando vueltas esperando una respuesta que me explique como puedes dormir tan feliz, silbar, ver el fut, mientras espero una respuesta. Yo arrancandome las extensiones de cabello, tratando que entre ellas se alejen las malas ideas... ¿Karini, otra vez solo eres una tabla de salvación?

En el civilizado desayuno no recibí una respuesta, recibí una sentencia, sin nardo por testigo me has dicho: A los cuarenta una mujer solo puede aspirar a ir de cama en cama, a esa edad ya están viejas como para una relación estable.

Te miro, con serenidad recuerdo tu frasesita celebre: Los viejos solo dan asco o dinero. Hace 18 meses que tu sueldo dejo de existir en ésta historia.

Gracias la respuesta la puedo deducir sola.
P.D. El desayuno tenía purga,  que lástima que no observaste que yo no comí nada.

Comentarios

Javier España ha dicho que…
me gustaria saber, si ha leido usted "como ser mujer y no morir en el intento".Gracias
Amaranta ha dicho que…
No, no lo he leído. Saludos
Javier España ha dicho que…
creo que le gustaria. haga por leerlo, si quiere, por supuesto.
Stilgar ha dicho que…
Jajaja

Me encanto, gracias por tus letras, por la tinta que corre por tus venas.

A tus pies.